16.2.10

El trébol del clavel ocho


Nunca se sabe. Quiero decir, lo que va a pasarte en este preciso instante, mientras lees estas palabras, o dentro de unos minutos, unas horas... Nunca se sabe. Da igual lo que nos imaginemos. La vida siempre nos sorprenderá con todo tipo de detalles y ocurrencias.

Pero... ¿con un trébol? Y no sólo eso. Con un trébol de cuatro hojas.

La cadena de acontecimientos que se sucedieron aquel día me llevaron allí, a aquel banco en el lugar de los claveles. Los sofás de asiduos estaban ocupados. Aún así nos quedamos. Y allí abajo se me ocurrió mirar al suelo. Fue un instante... y lo encontré. En mitad de la fría noche (joder con Castilla y los grados bajo cero...) el hallazgo me dio calor para toda la vida.

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