16.2.10

El trébol del clavel ocho


Nunca se sabe. Quiero decir, lo que va a pasarte en este preciso instante, mientras lees estas palabras, o dentro de unos minutos, unas horas... Nunca se sabe. Da igual lo que nos imaginemos. La vida siempre nos sorprenderá con todo tipo de detalles y ocurrencias.

Pero... ¿con un trébol? Y no sólo eso. Con un trébol de cuatro hojas.

La cadena de acontecimientos que se sucedieron aquel día me llevaron allí, a aquel banco en el lugar de los claveles. Los sofás de asiduos estaban ocupados. Aún así nos quedamos. Y allí abajo se me ocurrió mirar al suelo. Fue un instante... y lo encontré. En mitad de la fría noche (joder con Castilla y los grados bajo cero...) el hallazgo me dio calor para toda la vida.

14.8.09

Vamos...

Vamos, que se acaba. Y lo único que quiero es descubrirla y amarla hasta el final. El fuego sólo quema cuando estás dentro y te llena de vida si lo observas desde lejos. Separé a los perritos fuera de su huevo y al final resulta que están más contentos que nunca. Cuna vive alegre y crece por momentos. El calor ha dejado de ser insoportable (¿pensando en el invierno?).

Hay tantas cosas que me quedan por decir...

22.4.09

Palabras

Se deslizan a través de los dedos, escurridizas, te tocan el alma y te rompen los esquemas. A veces preguntan y otras responden. Son amantes y amadas, libres y sumisas, cazadoras y cazadas. Son monedas de cara y cruz, arrogantes y sencillas, humildes, sinceras, fieles, agradecidas. Se enroscan y deslizan. Suaves y a veces ásperas. Roncas y a veces perdidas. Se quitan y se ponen, y se mueren, y viven, y agonizan, y viven. Están contigo pero sin ti. Están en ti. Parpadean, sueñan, enloquecen, aterrizan, galopan y patinan. Se ríen y lloran. Son locas, pervertidas, encandilan. Se llaman a gritos en silencio y tienen pesadillas. Y se elevan y son oxígeno en la montaña. Retozan, se acarician, juguetean. Y se escriben y se borran, y se pelean entre espacios. Y son palabras. Palabras, palabras…

20.4.09

Deshojando margaritas


¿Qué verdadero amante, que se dice poseedor de un amor infinito,
se atreve a considerarse tal deshojando margaritas?
¿No la arranca de la hierba y le despoja de sus pétalos uno a uno?
¿No se cree todo amor y la mata lentamente?
¿No es una contradicción?
Cada querer y no querer son un grito ensordecedor de muerte.



17.4.09

Luces y sombras



Ah, y te asustas.
Que vengo con nuevas energías.
Oh.
Y empieza a sonar ese ruidito a pilas gastadas.
Bah.
Y se apaga, y se apaga...

14.4.09



Ojalá tuviera un reloj que pudiera manipular a mi antojo



8.4.09

Ser

Ser es también no haber sido